17 de octubre de 2009

Pocas personas quedan asi..

"Mi religión, la musulmana, dice que si te encuentras algo en la calle debes buscar a su propietario para devolvérselo". Mamadou Djouma, un joven guineano vecino de Manresa, actuó según su religión el pasado domingo cuando se encontró con 800 euros acabados de salir del cajero automático de una oficina de La Caixa sin propietario.


Djouma no dudó y contactó con la policía local de Manresa para entregar aquel dinero que se había encontrado. Eran 800 euros correspondientes a una operación de ingreso que se había realizado poco antes y que la máquina, por un error técnico, había escupido sin que la persona que había efectuado el ingreso se diese cuenta. El suceso tuvo lugar en día festivo, con lo cual, el joven guineano no pudo contactar directamente con los responsables de la oficina. Djouma ha explicado después del suceso que inicialmente: "me asusté". Entiende que haya personas que se habrían quedado con los 800 euros, pero asegura que "no se me pasó por la cabeza", porque "el dinero no era mío".

"Si yo me huebiese olvidado el dinero en el cajero, hubiese vuelto a la oficina para recuperarlos y si no los hubiese encontrado tendría un gran disgusto", explica éste inmigrante. Mamadou Djouma vive con su mujer y una hija de dos años en Manresa, no tiene empleo fijo y trabaja "de lo que puedo" con lo que en el mejor de los meses logra ingresar 1.000 euros, una cifra que en los últimos meses es "una anécdota".

Una víctima de la crisis

Tenía un empleo estable hace un par de años, pero el inicio de la crisis le dejó sin faena. Anteriormente, había vivido en Andalucía, sin papeles, mientras esperaba a poder normalizar su situación de residencia. Admite que ante la situación económica familiar los 800 euros le habrían ido bién para su economía, "aunque tampoco me hubiesen resuelto el problema", asegura.

Si no hubiese retornado el dinero, la aseguradora de La Caixa hubiese cubierto el problema a la entidad financiera, pero esta circunstancia según cuenta el protagonista de ésta historia, no habría variado su decisión: "ni que el dinero hubiese sido del mismo Zapatero".

Djouma no tiene los 800 euros, pero espera que "Dios me lo pague cuando llegue el día" y mientras se muestra satisfecho con el agredecimiento que le mostró el director de la oficina de La Caixa en una llamada telefónica.


Noticia copiada exactamente de elpais.com

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